martes, 6 de enero de 2009

Del Reno Rudolph para Gonzalo

Aletargado, miro por la ventana hacia la infinitud. La niebla hiela mis sensaciones mientras pienso lo bien que estaréis allí arriba. De nuevo, cuando más sólo me siento, vuelves a enviarme un zumbido y el sonido del portátil me devuelve al mundo. ¿Qué hay? Y el resto de las frases me recuerdan que sigo estando vivo.

Siempre he soñado en convertirme en alguien como tú. Una infancia fascinante; una juventud viajera; y una vida feliz, ahora, junto a los que más te aman. Poco a poco, te has ido convirtiendo en ese referente, que cualquier hijo desearía alcanzar algún día. Por eso, espero que en algún futuro, próximo o lejano, llegue quizá a rozar algún ápice de aquello en lo que te has convertido.

Se rumorea que llevas camino de convertirte en el abuelito de Heidi. Mucho no le falta: una casita en el pirineo, buenos paseos, algún que otro chivo en su casa y un hijo, según dicen, más perro que niebla. Mientras él dice que estudia duro para convertirse en periodista, fuentes femenidignas le han visto, en ambientes nocturnos, disfrutando en exceso del alcohol, el vicio y el seso (sí, es que el pesado este no hace más que filosofar. No calla ni debajo del agua).

Tipo generoso y bondadoso, tanto dentro como fuera de la familia. Aunque espero que levantes el Estado policial que tienes montado en Ainsa, al menos por Navidad. Querido y admirado por aquellos que le quieren, doy gracias a la naturaleza por concederme tu cariño y la de todos los aquí presentes. Una naturaleza que, cuando creó a los españoles, les dio a escoger dos cualidades entre tres posibles: ser buenas personas, ser inteligentes o ser del PP. Por fin comprendo por qué en esta familia ninguno camina bajo gaviotas.

Ahora, siento la necesidad de devolverle al mundo la bondad que él me ha otorgado, que sois todos vosotros. Porque no somos una familia nobiliaria y rica, pero si le quitas lo de nobiliaria nos acercamos bastante. Pensándolo bien, Don Gonzalo de Nájera todos los años pasa a recoger el tributo, y hay rumores que lo relacionan con la peligrosa familia mafiosa… digo… maravillosa familia pomposa de los Del Campo riojano-burgaleses. Y sí, rica, aunque no sea en dinero. ¿Cómo os explicáis si no, que estemos hoy todos aquí reunidos? (No, no es la misa de las doce que hace un rato que ha pasado).

Y es que me siento orgulloso de tener una familia con una abuela comunista (¿Cómo íbamos a salir de aquí todos, con una buena fartera si no?), un abuelo que va a misa todos los días y cada vez echa más chispas de la Iglesia Evangelicaapostólicayromana, unos tíos bailaores (aunque a veces también cantan desde algún barranco nevado), que ayudan al resto de personas ya sea dentro o fuera del país (del cual espero seguir los pasos), y tan artistas que el propio Barceló les diría entre sollozos que se quedaran. Y ellas, las muy jodías, anda que no han parido bien a esas féminas bien bellas, capaces de hacer que se me empañen las gafas, y a esos futuros maciellos (aunque a alguno haya que darle alguna collejilla, para recordarnos que venga vernos de vez en cuando).

Miro las fotos y veo que todos estamos juntos, pero falta alguien. Tú, que eres quién siempre hace las fotos. Estamos cansados de que no aparezcas entre nosotros, así que habla con la Pili, saca la tercera pata y pon la cámara encima de este ……….. y vente a hacer la foto.

Bueno, y ya que estás, ábrete este otro regalillo que los masáis me pidieron para ti. Creo que están deseando que les hagas una visitilla pronto.

FDO: El reno Rudolph.

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